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Una fisioterapia biopsicosocial

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Sería bueno, pero falaz, decir que durante muchos años, imperó el modelo biomédico; sería inocente, además, afirmar que lo hemos abandonado. Aún los profesionales de la salud más preocupados por estos temas, albergamos aun creencias cartesianas, dualistas, y por tanto, biomédicas. Por si esto fuera poco, valdría la pena pensar si desde nuestra trinchera como fisioterapeutas podemos –o debemos- abordar todas las esferas que integra el modelo psicosocial (Fig. 1) y no simplemente considerarlas.

Figura 1. Modelo biopsicosocial tradicional (Engel, 1979)

Algunos grandes representantes de nuestra profesión intentaron en su día integrar el modelo prístino de Engel (1979) en modelos objetivos y accesibles para el fisioterapeuta, siendo Louis Gifford (1998) el más destacado. El modelo del organismo maduro (Fig. 2) logró concatenar los valores del humanismo con los del cienticifismo generando un impacto en la Fisioterapia como acaso ningún otro hasta nuestros días. No obstante, se ha llegado a considerar que estos modelos simplifican demasiado la salud, llegando a compararlos con los viejos modelos biomédicos.

Figura 2. Modelo del organismo maduro (Adaptado de Gifford, 1998)

Muchos factores, cabe destacar, influyen en la conceptualización y la aplicación de un modelo: educación y capacitación, estructuras tradicionales de los sistemas de salud, factores socioculturales, la naturaleza del clínico, experiencias de vida individuales, etc… sin un perímetro formativo claro, la aplicación desmedida del modelo quedaría en intrusismo, pero un perímetro hiperreducido generaría reduccionismo.

Fueron acaso estos los cuestionamientos que llevaron a Daluiso-Kin G et. al (2020) a realizar una revisión del modelo biopsicosocial con el objetivo de ampliar su marco conceptual para la práctica clínica diaria desde un enfoque fisioterapéutico.

Esta propuesta agrega dos grandes pilares al modelo clásico de Engel: la comunicación y el cuidado personal; a su vez, anexa 5 subtemas relevantes: educación, factores cognitivos, factores conductuales, factores ocupaciones y alianza terapéutica (Fig. 3):

Figura 3. Modelo propuesto por Daluiso-Kin et al (2020).

 

1) Biomédico: La define como una evaluación funcional integral, sistemática, apropiada, válida y personalizada para analizar capacidades y discapacidades”.

1.1) Subtema 1: educación: entendida como una modalidad de tratamiento que describe la pedagogía sobre la fisiología del dolor y otros aspectos de promoción de la salud para ayudar al individuo a obtener una mayor comprensión de su condición.

2) Psicológico: corresponde a los sentimientos y emociones (ansiedad, miedo, depresión), elementos previamente claves en el modelo biopsicosocial. Pero agrega algunos subtemas más que interesantes (de los que ya nos había hablado previamente Rubén Tovar en su caso clínico).

2.1) Subtema 2: Factores conductuales: hace referencia a influencias conductuales sobre el compromiso del paciente, vinculado con la motivación del individuo y su actitud y disposición al cambio.

2.2) Subtema 3: Factores cognitivos: hace referencia a las creencias, expectativas y percepciones de la enfermedad de la persona.

3) Factores Sociales: Las influencias del entorno social y la participación en el medio que puede tener un impacto en el dolor y discapacidad.

3.1) Subtema 4: Factores ocupacionales: La satisfacción laboral, condición socio-económica, el desempleo y el estado psicológico relacionado a lo laboral tienen influencia en el comportamiento y las respuestas conductuales al dolor.

4) Comunicación: Entendida como el canal que permite la atención centrada en la persona y la conexión a las creencias del individuo. El lenguaje debe centrarse en “tranquilidad” y un diálogo positivo con el usuario.

5) Cuidado personal: Las circunstancias de la vida del paciente condicionan a la experiencia de la enfermedad, por lo tanto el dolor y la discapacidad se determinan, en parte, por quienes somos y como somos parte del sistema en donde vivimos.

5.1) Subtema 5: Alianza terapéutica: se refuerza a la necesidad de generar un vínculo terapeuta-paciente que permita reforzar los abordajes.

Este análisis conceptual pretende ofrecer claridad teórica al modelo biopsicosocial dentro de la fisioterapia musculoesquelética a través de la identificación de sus antecedentes, consecuencias y atributos. En función a estos hallazgos, los autores proponen un marco que ellos denominan “holístico” para la atención, en el que la comunicación y la alianza terapéutica forman el andamiaje para un enfoque humanista de la atención terapéutica. Este marco, que ha evolucionado a través de un método evolutivo de análisis conceptual, refleja un punto de vista filosófico apoyando la noción de que la salud individual es compleja, única y está en constante evolución. Al final, concluyen que el modelo biopsicosocial tradicional es reduccionista y pluralista, lo cual lo hace insuficiente para representar esta complejidad y detiene el crecimiento profesional hacia un enfoque más centrado en la persona.

Referencias:

  1. Daluiso-King, G., & Hebron, C. (2020). Is the biopsychosocial model in musculoskeletal physiotherapy adequate? An evolutionary concept analysis. Physiotherapy Theory and Practice, 1–17. doi:10.1080/09593985.2020.1765440
  2. Engel GL 1979 The biopsychosocial model and the education of health professionals. General Hospital Psychiatry 1:156–165. doi:10.1016/0163-8343(79)90062-8
  3. Gifford L (1998) Topical issues in pain: science and management; Fear-avoidance beliefs and behaviour. Falmouth: NOI Press

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